El centenario de Amador de los Ríos
Baena se rindió en 1918 a la celebración del
centenario del nacimiento de José Amador de los Ríos. Representantes de la vida
cultural y social de España asistieron a la conmemoración. La
prensa nacional recordó la importancia del intelectual
El Ayuntamiento estaba
presidido por Higinio de los Ríos y en la comisión organizadora figuraba un
joven Antonio Bermúdez Cañete. El 30 de abril de 1918 se colocó la primera
piedra del monumento diseñado por Jiménez Martos
FRANCISCO EXPÓSITO.
Baena se convirtió en ciudad española de la cultura en 1918 gracias a uno
de sus hijos más ilustres. Intelectuales del país rindieron homenaje a José
Amador de los Ríos con motivo del centenario de su nacimiento y Baena atrajo la
mirada de la cultura nacional. La mayoría de periódicos de la época, como El
Debate, El Universo, Abc, La Época, El Sol o El País, dedicaron artículos
elogiosos al polígrafo baenense. Los preparativos para conmemorar esta
celebración se habían iniciado años antes cuando dos periódicos locales, El
Ferrocarril y Juventud , lanzaron la idea de organizar unos actos acordes a la
importancia de Amador de los Ríos. La propuesta la destacaron entonces
periódicos como el Diario de Córdoba o La Correspondencia de España. Eso ocurrió
en 1915 y una revista que se editaba entonces en Granada, La Alhambra, destacó
la citada iniciativa e instaba a la capital andaluza a sumarse a los actos:
“(…) nosotros creemos que Granada, cuya historia arqueológica está muy enlazada
con Amador de los Ríos y con su ilustre hijo D. Rodrigo, debe tomar parte en
esa justa demostración de respeto y de cariño a la memoria de un andaluz
insigne”. El número 25 del periódico Juventud, tras otros artículos publicados
con anterioridad, recogió en 1915 una información en la que resaltaba la
importancia que debía tener la celebración: “El deber de los baenenses que se
precien de serlo es hacer algo grande, unas fiestas que dejarán memoria en las
generaciones venideras, que siempre recordaría con orgullo a los antecesores
que se honraron al enaltecer al más brillante de sus prestigios”. La
publicación, difiriendo de El Ferrocarril, propuso la creación de una comisión
para la organización del programa de actividades, que debía contemplar “un
programa de fiestas artísticas y literarias que se harían con todo el buen
gusto y esplendor que se debe esperar en una ciudad rica y culta”. Asimismo,
Juventud hacía un llamamiento a la necesidad de fundar un ateneo antes del
centenario con el objetivo de elevar “nuestro nivel intelectual y moral”, ya
que de esta manera Baena “se pondría a la altura de otros pueblos, que si bien
menos ricos e importantes, iniciaron con anterioridad la saludable corriente de
cultura”.
Su hijo Rodrigo, en una carta publicada en 1916, se uniría al proyecto
del centenario y al de erigir un monumento público a su padre: “Medios y
recursos sobran a Baena, y yo, que me honro y ufano de ser su hijo adoptivo,
abrigo la confianza y tengo la fe en que, aquellos que pueden, no habrán de
negar su concurso para empresa que tanto habrá de honrarles, y tan alta ha de
poner a Baena entre los pueblos cultos, pues no todo ha de ser política” (La
Alhambra, 15 de octubre de 1916).
El Ayuntamiento se volcó con la efemérides y preparó con entusiasmo una
celebración a la que, finalmente, no podría asistir su hijo Rodrigo, fallecido
un año antes y que había colaborado en los actos previos de esta conmemoración.
Así lo recoge la sesión municipal del 18 de mayo de 1917, en la que se lee una
carta de Rodrigo enviada por su hijo Alfonso al Ayuntamiento de Baena. En la
misiva, Rodrigo asegura que remite 125 ejemplares de un tomo de poesías
originales de su padre, cincuenta de una leyenda árabe granadina, de la que es
autor Rodrigo, y ejemplares de un folleto arqueológico sobre antigüedades
salvadas y perdidas en el que se habla de algunas de Baena. Rodrigo dice en la
carta que con este ofrecimiento “no llevo otro propósito, sino el de rogarle
que, después de aceptar para usted y para el municipio que preside el número de
ejemplares que crea conveniente, haga poner a la venta los restantes en el
casino o en donde estime oportuno o disponga que, su importe, se agregue a las
sumas recaudadas para ayudar a la celebración en 1918 del centenario del
nacimiento de mi señor padre”. La carta está fechada en Madrid el 7 de mayo de
1917. En la sesión municipal se lee otra enviada por su hijo Alfonso en la que
cuenta que su padre había escrito la anterior misiva pocas horas antes de
fallecer.
En los meses siguientes se abordarían aspectos de la organización del
acto en los distintos plenos municipales. El 3 de abril de 1918 se acordó
autorizar la colocación de la primera piedra del futuro monumento a Amador de
los Ríos, tal y como recoge el libro de actas municipal: “El Señor Hita expuso
que traía encargo de la junta organizadora del centenario de Amador de los Ríos
para pedir permiso al Ilustrísimo Ayuntamiento para emplazar una estatua de
este insigne baenense, que es gloria legítima de esta ciudad, en el Paseo de la
Plaza de la Constitución o Coso, estatua cuya primera piedra ha de ponerse el
treinta del actual; y el Ilustrísimo Ayuntamiento acordó después de varias
frases encomiadoras por la junta del centenario y de su presidente, por la
labor patriótica que harían dar con el mayor gusto el permiso que se solicita”.
Pero, como recordaría el diario Abc en su edición del 30 de abril de
1918, quedaba el lamento de Juan Valera por la falta de reconocimiento al
ilustre baenense tiempos atrás: “Hace ya muchos años que otro escritor maestro,
D. Juan Valera, se dolía de que no se ensalzase con la solemnidad y aparato
merecidos el nombre de quien era reconocido allende nuestras fronteras ¡antes
que en España! como ‘maestro en escribir la historia y príncipe de los
investigadores históricos’. Y esto se escribía en lejanas tierras y para otras
razas cuando aquí era perseguido por la pasión política y despojado de su
cátedra en la
Universidad Central el glorioso maestro de los Menéndez
Pelayo, los Castelar, los Cánovas del Castillo, los Alonso Martínez, el primer
historiador de nuestra Literatura, el autor de libros, estudios y crónicas que
adjudican a su trascendental y fecunda labor derecho indiscutible a la
inmortalidad”.
DOS DÍAS DE CELEBRACIÓN
Los actos tuvieron lugar el día 30 de abril y el 1 de mayo. El periódico
madrileño El Debate destacó la celebración en sus páginas. En la edición del 30
de abril de 1918, aunque la noticia está fechada a día 29, se recogen los actos
previstos: “Ha marchado a Baena el prelado de esta diócesis para oficiar mañana,
de medio pontifical, en las honras fúnebres que en sufragio de Amador de los
Ríos se verificarán. La oración fúnebre la pronunciará el doctor don Marcial
López, Obispo electo de Cádiz. Por la tarde se colocará la primera piedra para
el monumento, y por la noche se celebrarán juegos florales. El miércoles serán
obsequiadas, por el Ayuntamiento de Baena, con un banquete las comisiones de
las universidades y academias. Reina gran animación. Hoy llegaron
representaciones de las Academias Españolas de San Fernando, de la Historia,
del Ayuntamiento y Seminario de Córdoba”.
Tanto El Defensor de Córdoba como el Diario de Córdoba dedicaron una
amplia información a la
celebración. El 30 de abril, el Diario de Córdoba exaltará la
historia de Baena y la figura de Amador de los Ríos: “Baena, la culta población
cordobesa que tuvo la honra de que viese en ella la primera luz el insigne
historiador, literato, catedrático y crítico don José Amador de los Ríos,
celebra hoy su centenario con brillantes y solemnísimas fiestas, dando una
gallarda prueba de su cultura y del profundo amor que profesa a sus hijos que la enaltecieron. Como Amador
de los Ríos fue una gloria nacional, España entera se adhiere al justo homenaje
y de casi toda España se reunirán en Baena representaciones de las ciencias,
las letras, las artes y de numerosas corporaciones y entidades de diversos
órdenes”. Ese mismo día, El Defensor de Córdoba resaltaba los preparativos de
la efemérides, con la colocación de arcos florales y banderas en la casa donde
nació Amador de los Ríos, en la Calzada o en el ayuntamiento, donde figuraba la
inscripción: “Gloria al insigne Amador de los Ríos”. El enviado especial del
periódico dirigido por el baenense Daniel Aguilera, Victoriano Aguilera, cuenta
que hubo una recepción en el Ayuntamiento a las representaciones que habían
llegado el día 29 y por la noche tuvo lugar una verbena en la Carrera y un
concierto por la banda militar. Asimismo, “damas y lindas señoritas” estuvieron
preparando el teatro, donde se iban a celebrar los juegos florales. “Baena está
de fiestas, pero de fiestas del espíritu, por esto su animación no es como la
de su renombrada feria, que le trae concurrencia que aquí satisface sus
necesidades comerciales. Ahora los que vienen hablan a Baena de sus glorias de
antaño, vienen a recordar que esta ciudad célebre en los tiempos medievales,
que tiene una leyenda en cada piedra y una inspiración en sus castillos a medio
derruir, y admiran sus mujeres, que rememoran bellezas mozárabes, y su cielo
siempre azul que es el bendito cielo de Andalucía”.
LAS CRÓNICAS
La descripción de Victoriano Aguilera, que envió la información por
telégrafo a las cuatro de la tarde y se publicó en la edición vespertina del
periódico de ese mismo día 30 de abril, permite conocer el entusiasmo que se
desplegó con la celebración. “Desde media mañana se halla intransitable la
Plaza de la
Constitución. En el paseo y en los balcones de todas las
casas de las calles afluentes hay numeroso público, que espera la llegada de
las comisiones al Ayuntamiento. Siguen las colgaduras en todas las casas. A las
once en punto se pone en marcha la comitiva. Es una manifestación imponente. Baena
de gala se dirige a su Iglesia mayor. Forman en la comitiva todas las
representaciones de los principales organismos de la población, las comisiones
de centros docentes y corporaciones representadas, y precediendo a todos la
banda de música del Regimiento de Infantería de la Reina. Nuestro
prelado preside esta manifestación, acompañándole las autoridades locales. La comitiva
salió del Ayuntamiento y se dirigió por la calle de Domingo de Henares al
Adarve e iglesia Mayor. Muchos al pasar por la calle Domingo de
Henares, frente a la Tela, se descubren ante la lápida que está colocada en la
casa de modesta apariencia en que nació Amador de los Ríos”, escribe el
periodista de El Defensor de Córdoba. Su crónica continúa con las honras
fúnebres en la iglesia de Santa María, que duraron una hora, y después la
comitiva se dirigió a la Plaza de la Constitución para la colocación de la
primera piedra del monumento que se iba a erigir a Amador de los Ríos. El
cuadro escultórico fue diseñado por Jiménez Martos y una imagen ya se publicó
en la revista Mundo
gráfico, del 11 de octubre de 1916, en su página 14. El diario Abc incluiría una
fotografía de la colocación de la primera piedra en su edición del 6 de mayo de
1918. La imagen, tomada por el fotógrafo Adolfo, se incluye en la página 3. Por
la noche se celebraron los juegos florales en el Teatro Principal y, al día
siguiente, miércoles 1 de mayo, tuvo lugar en el mismo teatro una comida a las
comitivas asistentes. En el mismo acto de colocación de la primera piedra del
monumento de Amador de los Ríos hubo un turno de intervenciones, destacando
entre los baenenses el alcalde, Higinio de los Ríos, el presidente de la
comisión organizadora del centenario, José Santaella Ariza,
y el joven intelectual Antonio Bermúdez Cañete. El Defensor de Córdoba incluye
el 2 de mayo las palabras del alcalde: “El alcalde don Higinio de los Ríos,
después de manifestar que carece de condiciones que son necesarias para estos
momentos solemnes, se ve obligado por el honroso cargo que el pueblo le ha
confiado y en el cumplimiento de lo que cree un deber de gratitud y cortesía
hacia estos amables huéspedes que nos han honrado con su presencia, he de decir
breves palabras. Voy a limitarme como representante de la ciudad a saludar y
dar la bienvenida a estos señores cuya presencia en estos actos, tanto
contribuye a realzar y honrar la memoria del ilustre festejado y la del pueblo
en que floreció. En nombre pues de este pueblo y en la firme creencia de que
interpreto sus sentimientos os doy a todos muy expresivas gracias por su
valioso concurso, rogando a los que han traído representación de sociedades
científicas, que les lleven la seguridad de la gratitud de esta ciudad y la de
que al tratar de festejar la memoria del ilustre baenense se han hecho
acreedores a la misma honra del festejado”. En ese mismo acto de colocación de
la primera piedra intervino también el joven Antonio Bermúdez Cañete, que fue
uno de los miembros de la comisión organizadora. Tanto El Defensor de Córdoba
como el Diario de Córdoba destacarían en sus páginas su brillante intervención
en estos actos. Ambos diarios resaltarían las capacidades que ya mostraba
Bermúdez Cañete en las crónicas de sus corresponsales. El primero de ellos
habló, en su edición del 1 de mayo, de las grandes perspectivas personales del
entonces titulado en Derecho: “... Don Antonio Bermúdez Cañete, joven baenense
y de porvenir halagüeño por sus excelentes condiciones para el estudio,
pronunció un vibrante discurso, enalteciendo la figura de Amador de los Ríos y
considerando que es lo menos que puede hacerse en estos actos en honor del
hombre ilustre, por lo que todos debemos vanagloriarnos. Amador de los Ríos se
crió con nuestros abuelos y hoy es llorado y ensalzado por nosotros”. El
periodista indica que Bermúdez Cañete disertó sobre la trayectoria del
polígrafo baenense y resaltó que Baena le debía mucho a José Amador de los
Ríos: “En vida, la Universidad es su morada, en la muerte, la Universidad fue
su tumba. Introdujo la filosofía en el arte, así resultará que mientras el
mundo existe, habrá que consultar en sus obras. Todos sus trabajos fueron de
divulgación científica. ¿A quien 40 años no dejó de trabajar, qué menos le
vamos a dedicar que un día? Para ello no debe escatimarse cantidad alguna.
Debemos procurar una biblioteca y escuela popular que lleve su nombre y
dispuesto estoy a que fundemos”. Su intervención fue culminada con una gran
ovación de los asistentes. El Diario de Córdoba incluiría la crónica del
corresponsal de Baena en su número del 3 de mayo. Como el narrador de El
Defensor de Córdoba, también exaltaría las posibilidades de Bermúdez Cañete:
“Habló más tarde el que hoy es una esperanza y mañana será una realidad,
Antoñito Bermúdez Cañete, joven baenense de dieciocho años (realmente tenía 20
años), que ha hecho en tres dos carreras, la de Derecho y la de Filosofía y
Letras, con brillantes notas, y ahora parece que hace oposiciones al premio
extraordinario en la
licenciatura. Es un joven de grandes esperanzas, habla con la
mayor corrección y elocuencia, tiene, como todo hombre joven, arrestos de
sinceridad y un alma diáfana dispuesta para el bien...”. El vencedor de los
juegos florales fue Pedro Iglesias, mientras que se distinguió una biografía
sobre Amador de los Ríos, cuyo autor fue Pedro Sainz.
Menor fue la trascendencia de la conmemoración del centenario del
fallecimiento de Amador de los Ríos, en 1978. Un año antes, el académico José
María Ortiz Juárez advertía de la importancia de la conmemoración y hacía una
breve semblanza de la importancia del intelectual baenense en un artículo
publicado en el Diario Córdoba: “Don José Amador de los Ríos es, no sólo un
prestigio de la ciudad de Baena, sino de nuestra provincia y nuestra nación,
pues no se encuentra de forma frecuente una persona que se ocupara de aspectos
tan diversos en el campo de la cultura y de la investigación y en todos
destacara de forma tan brillante. Humanista, pintor, arqueólogo, hebraísta,
historiador de nuestra literatura con un método crítico hasta su época no
utilizado, reformador de la enseñanza, editor de peregrinas páginas de nuestros
clásicos, presenta en su obra materia más que suficiente, para que
investigadores y estudiosos de los más diversos ángulos de nuestra cultura, se
interesen por ahondar en muchos de los múltiples temas a que Amador de los Ríos
dedicó su ejemplar y laboriosísima vida”. Ortiz Juárez instaba entonces a que
se procediera a una actualización de la biografía y bibliografía de Amador de
los Ríos. Precisamente, con motivo del centenario de su fallecimiento, la
Diputación dedicaría el 17 de junio de 1978 un homenaje, al que se unió la Real Academia de
Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba con un monográfico, el número
99 (julio-diciembre, 1978). En ese acto, junto a académicos y un representante
de la familia, participó Manuel Horcas Gálvez. El amplio monográfico del
Boletín de la Real
Academia de Córdoba (BRAC) analizó la vida y obra de Amador
de los Ríos, con escritos de académicos como Juan Gómez Crespo, Joaquín Criado Costa,
José María Ocaña Vergara o José María Ortiz Juárez, entre otros. Atrás quedaba
la figura del mayor intelectual baenense de la historia, aquel que donó a su
pueblo unos versos que exaltaban su gran admiración por el municipio que le vio
nacer un 30 de abril de 1818: “Sobre una altura escarpada,/cuyo sólo aspecto
admira,/por los años respetada,/una población alzada/cual roca del mar, se
mira./Jardín de eterna verdura,/rico en fragancia y colores,/cerca en torno a
aquella altura,/que ramillete figura/teñido de hermosas flores./Villa fuerte y
fronteriza,/fue espanto y terror del moro”.